LA ORDEN CONSTANTINIANA HACIA EL NUEVO MILENIO: EL MAGISTERIO DEL INFANTE DON CARLOS, DUQUE DE CALABRIA (1964-2015)

En 1960, al recaer por sucesión el Gran Magisterio en el Príncipe Don Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, Infante de España, al tiempo que se convertía en Duque de Calabria y Conde de Caserta, el Gran Magisterio pasó a fijarse en España.

El prolongado período de gobierno de su hijo y sucesor, el Príncipe Don Carlos, también Infante de España, y desde 1964 Duque de Calabria (1964-2015) fue decisivo para la revigorización de la Orden Constantiniana, su modernización y el encaje de su legado multisecular en la realidad global del siglo XXI.
Además del dinamismo de su vida espiritual, y del apoyo a la Evangelización, la Orden Constantiniana ha mantenido su vocación humanitaria en el ámbito de las víctimas de la guerra: en ocasión de la guerra de Yugoslavia a través de la campaña de apoyo a las personas desplazadas en campos de refugiados a principios de la década de los 90; y más tarde, a partir del momento del estallido de la Guerra en Siria e Iraq (2011), suscitando iniciativas a favor de las personas perseguidas y refugiadas (algunas de ellas actualmente en curso).

El apoyo a la cultura y a la salvaguarda del Patrimonio ha sido otro de los ámbitos de actuación consolidados bajo el dilatado Magisterio del Infante Don Carlos, anterior Duque de Calabria.

Tras la muerte de Don Carlos, en octubre de 2015, su hijo y sucesor S.A.R. el príncipe Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orléans, convertido en actual duque de Calabria y Conde de Caserta, asume el Gran Magisterio de la Orden Constantiniana. Con este último relevo generacional en la jefatura de la Orden se da continuidad, en pleno siglo XXI, a una labor que abraza centurias de Historia y que integra hoy a países de ambos hemisferios, en torno a un centro que ha gravitado siempre junto al Mediterráneo.

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