En el marco de las Jornadas Nacionales de la Real Comisión para España, se realizó una ofrenda floral ante el sepulcro del I Duque de Montemar, situada en la capilla de San Joaquín de la Basílica del Pilar.
Don José Francisco Carrillo de Albornoz y Montiel Esquivel y Guzmán, III conde de Montemar, I duque de Montemar y I duque de Bitonto, fue uno de los más destacados generales y hombres de Estado del setecientos español. Sirvió a la Corona de España en la Guerra de Sucesión, y protagonizó las existosas campañas de Orán (1732) y de Italia (1733-1734) como general en jefe. En este última empresa su habilidad como estratega y arrojo marcial le valió la victoria de Bitonto, que supuso la conquista del reino de Nápoles. De nuevo al mando de los ejércitos españoles en Italia en ocasión de la Guerra de Sucesión Austríaca (1741-1742), cayó en desgracia y fue relevado de sus cargos y honores. Muerto en 1747 sin haber sido rehabilitado, al llegar al trono español Carlos III, procedente de Nápoles, se preocupó de erigirle una monumental sepultura en el templo del Pilar de Zaragoza.
En dicho sepulcro, cuyo diseño fue supervisado por el propio rey, se representaron las empresas de Orán y de Bitonto. Esta última siendo la que le valió al Infante Don Carlos la corona de las Dos Sicilias.