El día 3 de junio, solemnidad del Corpus Christi, la Real Delegación de Cataluña asistió, una vez más, a la Eucaristía celebrada en la Sant Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de la Santa Cruz de Barcelona y a la posterior procesión por las calles de la Ciudad.
Los caballeros de la Delegación que participaron en los Sagrados Ritos se reunieron en la capilla de la Visitación en la Catedral, sede canónica de la Orden en Cataluña. Respondiendo a la amable invitación del Capítulo Catedralicio ocuparon su lugar reservado junto al resto de las Órdenes Ecuestres religiosas.
Al finalizar la procesión cumplimentaron a S. Em.ª Rvdma. Don Juan José, Cardenal Omella, Arzobispo de Barcelona, quién amablemente les agradeció un año más su participación.
El Corpus de Barcelona, el más antiguo de España
La procesión del Corpus de Barcelona es la más antigua de España y una de las más antiguas de Europa (documentada desde 1320). En ella el Cuerpo Sacramentado de Jesús es venerado en una custodia gótica que reposa en el trono de plata del rey Martín el Humano, tradición que se observa, al menos desde el siglo XV. Además del Trono del Rey Martín, la custodia aparece coronada con la corona doble de la reina Violante, montada sobre el Trono. Un cinturón ceremonial de orfebrería, también gótico, y de procedencia regia, circunda el Trono donde se asienta la custodia con el Santísimo. Esta pieza está enriquecida de pedrería, compuesta por piezas que fueron obsequiadas a lo largo de los siglos por diferentes devotos, entre los que se cuenta un bello diamante regalado por Felipe IV en 1626.
La fiesta del Corpus de Barcelona cuenta además con otra bella tradición, la de “l’ou com balla” que constituye una alegoría de la Eucaristía, representada en las fuentes antiguas de la ciudad, decoradas profusamente con flores, y en las que se construye una “copa” con cerezas (alusión al cáliz de la Eucaristía) sobre la que baila un huevo (hueco) sin caerse propulsado por el surtidor de las fuente (en alusión a la Hostia consagrada que es la Carne de Nuestro Señor, en la Eucaristía). Esta tradición está documentada desde el siglo XV y es genuina de la ciudad de Barcelona.