La Orden Constantiniana de San Jorge tiene un origen remoto, y en parte legendario puesto que se atribuye a Constantino, emperador de Roma, convertido al cristianismo en el 312; desde entonces perduraría, según la leyenda, hasta llegar a los días del Imperio Romano de Oriente, bajo la dinastía de los Ángelos bizantinos. Tras la caída de Constantinopla, en 1453, la Orden y sus grandes maestres los Comneno se transfirieron a Italia, al amparo de la Santa Sede. Los sucesivos pontífices desde Calixto III hasta Clemente VIII favorecieron a la Orden Constantiniana mediante varias bulas. La Orden también recibió protección de los Emperadores del Santo Imperio y de los Reyes de España.
En 1697 el último gran maestre de la dinastía comnena, sin sucesión, hizo cesión de su dignidad a favor de Francisco I Farnesio, duque soberano de Parma; acto que fue aprobado por el papa Inocencio XII mediante la bula Sincerae Fidei de 29 de octubre de 1699 y también por el emperador Leopoldo.