Dentro de una serie de visitas programadas en su viaje a España, a diferentes organizaciones y fundaciones, el Canciller del Patriarcado Latino de Jerusalén, Reverendo Padre Davide Meli, acompañado de la Excma. Sra. María José Fernández y Martín colaboradora de esta Institución, visitó la Sede de la Orden Constantiniana de San Jorge en Madrid. La finalidad era entrevistarse con responsables de la misma para dar a conocer las difíciles circunstancias que atraviesan las iglesias cristianas en Tierra Santa, motivadas entre otras razones, por la crisis geopolítica de todos conocida.
En esta reunión, en la que por indicación de S.A.R. el Duque de Calabria, Gran Maestre de la Orden, fue recibido por el Presidente de la Comisión para el Reino de España, D. Álvaro Zuleta de Reales y Ansaldo, Duque de Linares y por el Caballero Gran Cruz de Iure Sanguinis D. Óscar Gómez de Linares y Rodríguez, coordinador de la visita, el Canciller comisionado por Su Beatitud, el Patriarca Latino de Jerusalén, Cardenal Pierbaptista Pizzaballa, expresó su intención de establecer un primer contacto que permita desarrollar fórmulas de colaboración y apoyo a la Iglesia y sus instituciones, en los territorios de Israel y Palestina.
El hecho de que aquellas estén sufriendo un deterioro difícilmente sostenible puede dar lugar a una situación de no retorno si no se cuenta con apoyo internacional. El mundo cristiano tiene una deuda con Jerusalén que sigue siendo, pese a una sensación de olvido, una fuente de espiritualidad.
El deterioro del carácter del barrio cristiano de Jerusalén, el abandono y el desamparo oficial de las instituciones cristianas como el Colegio de Nuestra Señora del Pilar en esta ciudad, son algunos de los síntomas de la existencia de un problema mayor tal y como es el peligro de perder la referencia espiritual que supone Jerusalén para la Cristiandad y, por ende, Europa.
Tal y como se puso de manifiesto con esta visita, y en las posibles venideras, el Canciller pretende acercar Europa a Jerusalén y del mismo modo acercar Jerusalén a Europa, a fin de contribuir al socorro espiritual de la Cristiandad Europea.









