El pasado domingo día 1 de Junio se celebró en la Parroquia Castrense de la Inmaculada Concepción de Barcelona, Sede Prioral de la Delegación de Cataluña, la Misa Jubilar de la Delegación, en la que los asistentes pudieron obtener la indulgencia plenaria, habiendo cumplido con las condiciones espirituales y sacramentales exigidas por la Santa Sede. Presidió el Sagrado Rito, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco-Javier Orpinell Marco, Prior de la Delegación de Cataluña, Párroco Castrense y Capellán Mayor de la II Circunscripción Eclesiástica.
Encabezó la representación constantiniana en tan solemne ocasión, el Delegado de la Orden Constantiniana de San Jorge en Cataluña, Excmo. Sr. Marqués de Ciutadilla, acompañado de buena parte de su Consejo y un numeroso grupo de caballeros y damas, así como familiares y amigos de la Orden, junto con los feligreses de la parroquia.
A la solemne celebración jubilar, se unió la feliz ocasión de la bendición de la pila bautismal restaurada proveniente del antiguo Palacio Real de Barcelona y que después de múltiples vicisitudes estaba en depósito en la parroquia. Gracias a las gestiones realizadas por varios miembros de las Delegaciones de Cataluña y Valencia, se pudo confirmar su autenticidad histórica y sufragar su restauración. Con tal motivo asistieron los Delegados de las Delegaciones hermanas de la antigua Corona de Aragón, Excmo. Sr. D. Juan Luís Doncel y Paredes por Aragón e Ilmo. Sr. D. Francisco-Javier Fernández Auñón por Valencia junto con el Ilmo. Sr. D. Ignacio Ballester y Borrell, Secretario de ésta última, y la dama Dña. Pilar López y Franco.
Al finalizar el acto, el Delegado en Cataluña, como acción de gracias, encomendó a la Inmaculada y puso bajo su maternal amparo los trabajos y proyectos de la Delegación con las siguientes palabras:
¡Oh Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amantísima, nosotros, miembros de la Orden Constantiniana de San Jorge en Cataluña., nos postramos a tus pies; que en tus manos inmaculadas y llenas de misericordia seamos un instrumento que sirva para implantar y aumentar lo más posible el Reino que anunció tu Hijo. Tómanos como tus más humildes servidores y haz que como en las bodas de Canaán estemos siempre dispuestos para hacer todo lo que Él nos diga. Amén.
Tras la ceremonia se celebró un almuerzo de hermandad como colofón de la jornada.