La Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas acogió el 8 de mayo la misa pontifical celebrada con motivo de la festividad de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Protectora de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge.
El oficio religioso fue presidido por el Cardenal Müller, Gran Prior de la Orden y concelebrada por el Arzobispo Castrense de España, Monseñor Juan del Río (Capellán Gran Cruz de Justicia de la Orden), el Vicario General del Arzobispado, sacerdotes y capellanes de la Sacra Milicia.
Durante la ceremonia, el Gran Maestre, S.A.R. Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orléans, Duque de Calabria, invistió a los nuevos caballeros y capellanes de la Orden, imponiéndoles el manto. Los neófitos recibieron luego el abrazo del Presidente de la Real Comisión para España, el Excmo. Sr. Duque de Linares (G.de.E.).
El Gran Canciller, Excmo. Sr. D. Carlos Bárcena y Portolés, Embajador de España, dirigió unas palabras a los asistentes, recordando a los nuevos miembros de la Orden la importancia del compromiso que adquirían.
Asistieron a la ceremonia varios miembros de la Real Familia: SS.AA.RR. el príncipe Don Jaime, Duque de Noto, Gran Prefecto de la Orden; la princesa Doña Sofía, Duquesa de Calabria; la princesa Doña Ana de Francia, Duquesa viuda de Calabria; la princesa Doña María Cristina de las Dos Sicilias, Secretaria General de la Orden. Presente estuvo también S.A.R. El príncipe Francisco Guilllermo de Prusia, caballero Gran Cruz de Justicia, ad honorem.
La Real Diputación estuvo representada por varios de sus miembros Grandes Oficiales, Consejeros de Gobierno y Presidentes de las Reales Diputaciones Nacionales (de España, Reino Unido, Brasil, las Antillas y San Marino). La Real Comisión para España, estuvo representada además de por su Presidente y su Secretario General, por varios de sus Delegados, acompañados de otros cargos de las delegaciones españolas.
Se contó así mismo con numerosa presencia de autoridades civiles, militares, diplomáticas y consulares, así como de representantes de diversas órdenes militares y corporaciones nobiliarias.
El Cardenal Müller explicó en su homilía: “Como dijo S. León Magno; Lo que era visible en Cristo ha pasado a los sacramentos de la Iglesia (sermo 74,2). La lógica interna sacramental de la Iglesia, inscrita en la revelación trinitaria, ha construido un pueblo de hombres libres, de santos. De hecho, la sacramentalidad ha sido el gran antídoto contra cualquier intento de manipulación y de reducción de la persona y contra cualquier ideología totalitaria. Los sacramentos, celebrados en la liturgia de la Iglesia, no solo remiten al señorío de Jesucristo, que habla y actúa a través de ellos, que se deja “tocar y amar”, sino que interpelan a toda la persona, con su historia, sus relaciones, sus proyectos, sus deseos: la abren a lo eterno.”
Su intervención finalizó:” Como San Jorge, como los mártires, todos somos llamados a ser “defensores de la fe”, “milites Christi” y “amigos del esposo” (Jn 15, 13-15), glorificando así con nuestra propia vida la Sagrada Cruz de Cristo. Como los caballeros, formados durante siglos en el alto ideal de proteger con su vida a los pobres y desvalidos, a la civilización cristiana y a la tradición religiosa, también nosotros estamos llamados a asumir nuestra responsabilidad ante la sociedad de hoy y, más allá de los intereses políticos o ideológicos prevalentes, a ponernos al servicio de nuestros hermanos. Amén”.
Homilía_de S.Emma Rvdma. el Cardenal_Muller_(1)