En la madrugada del día 21 de julio falleció en Madrid Su Eminencia Reverendísima Don José Manuel Cardenal Estepa Llaurens, Arzobispo emérito Castrense de España, Bailyo Gran Cruz de Justicia de nuestra Sacra Milicia.
Nacido en Andújar, provincia de Jaén, el 1 de enero de 1926, estudió en Salamanca, Roma y París. Fue ordenado sacerdote en Madrid el 27 de junio de 1954 por Su Excia Revdma. Leopoldo Eijo y Garay, Obispo de Madrid-Alcalá. Se diplomó en Pastoral Catequética por el Instituto Católico de París (1956). Fue elegido en 1971 consultor de la Sacra Congregación para el Clero, consagrado Obispo titular de Tisili en 1972 como Auxiliar del Cardenal Vicente Enrique y Tarancón, Arzobispo de Madrid-Alcalá, donde ejerció durante once años como Rector del Seminario, encargado de la pastoral universitaria, Vicario general para el Sur (actual diócesis de Getafe) y del corredor de Guadalajara (actual diócesis de Alcalá de Henares). Como Auxiliar del Cardenal Tarancón vivió en primera línea la época de la transición política que vivió España al restaurarse la monarquía en 1975. Con una Bula Pontificia de 30 de julio de 1983, Su Santidad El Papa San Juan Pablo II lo nombró Vicario General Castrense para la atención pastoral de los Ejércitos de España, con título de arzobispo titular de Velebusdus. En 1986, con la promulgación de la Constitución Apostólica “Spirituali Militum Curae” se convirtió en el primer Arzobispo Castrense de España, siendo preconizado arzobispo titular de Italica en 1989. En 1997 Su Alteza Real El Infante Don Carlos, Duque de Calabria, Gran Maestre lo recibió en nuestra Sacra Milicia como Capellán Gran Cruz de Justicia. El 30 de octubre de 2003, con 77 años se retiró como Arzobispo Castrense de España.
Su talla intelectual fue premiada por la Santa Sede en diversos cargos por designación especial de los Papas Pablo VI y Juan Pablo II, destacándose la Secretaría del IV Sínodo Universal de Obispos celebrado el Roma en 1977, consultor de la Sacra Congregación para el Clero desde 1971. Miembro del Consejo de Obispos Castrenses, Padre Sinodal, por designación directa de Su Santidad, en el Sínodo de Obispos para Europa celebrado en noviembre-diciembre de 1991. Fue uno de los miembros de la Comisión de seis obispos que redactaron el último Catecismo de la Iglesia Católica, por lo que fue el responsable de la versión y de la edición en lengua española.
En el Consistorio del 20 de noviembre de 2010 la Santidad de Benedicto XVI, de feliz recuerdo, lo creo Cardenal Presbítero del Título de San Gabriele Arcangelo all’Acqua Traversa, momento en que nuestro Augusto Gran Maestre lo elevó a la dignidad de Baylio Gran Cruz de Justicia de nuestra Sacra Milicia.
Descanse en Paz.
EL ARZOBISPADO CASTRENSE DE ESPAÑA
Fernando El Católico en 1513 había solicitado a León X, a través de su embajador en Roma Jerónimo de Vich, el título de Patriarca de las Indias para su capellán personal, Juan Rodríguez de Fonseca, Obispo de Rossano (Nápoles) y con él el gobierno espiritual de las Indias. La respuesta de Roma fue negativa. No obstante, Carlos V, haciendo uso de las prerrogativas del patronato regio, otorgadas por su antiguo consejero, Adriano de Utrecht, elevado al solio pontificio con el nombre de Adriano VI, lo solicitó de nuevo. Sea como fuere, parece que dicho Patriarcado fue otorgado por primera vez por Clemente VII a Antonio de Rojas, Arzobispo de Granada, Presidente del Consejo de Castilla y capellán de Carlos V en 1524.
En 1610, Felipe III consigue de la Sede Apostólica que el título honorífico de Patriarca de las Indias Occidentales recaiga en el Pro Capellán Mayor de Palacio, que ejercía la jurisdicción palatina, dependiendo de él la real familia con sus servidores, los miembros de la Real Capilla independientemente del lugar donde estuvieran y los que vivieran o trabajaran en los Palacios Reales, en los Reales Sitios (Buen Retiro, El Pardo, El Escorial, La Granja, Aranjuez, La Florida-Moncloa) y en los Patronatos de la Corona, ostentando también el cargo de Limosnero Mayor, dignidad heredada, como otras tradiciones de la Real Capilla de Borgoña.
Posteriormente, a partir de 1644, al Patriarca se le otorgó también la jurisdicción castrense. Carlos III realizó una profunda reorganización del Ejército y la Marina, solicitando de la Sede Apostólica un Breve uniendo el Vicariato Castrense al Patriarcado de las Indias Occidentales, cosa que el Santo Padre, Clemente XIII acogió benignamente en un Breve de 10 de marzo de 1762. A partir de esa fecha y hasta 1933 los Vicarios Generales Castrenses, Pro Capellanes Mayores de Palacio ostentaron el título de Patriarcas.
La relación del Vicario General Castrense, hoy Arzobispo Castrense de España con el titular de la Corona es, efectivamente estrecha. Tanto es así, que la provisión del Arzobispo se realiza de conformidad con el artículo I, 3 del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español de 28 de julio de 1976, mediante la propuesta de una terna de nombres formada de común acuerdo entre la Nunciatura Apostólica y el Ministerio de Asuntos Exteriores y sometida a la aprobación de la Santa Sede, presentando el Rey en un plazo de quince días, a uno de ellos para su nombramiento por el Romano Pontífice. Merced a este Acuerdo, la persona del Rey conserva la regalía del nombramiento del Arzobispo Castrense de España, privilegio que se justifica por el hecho que el Arzobispo es Capellán Real.