La Orden Constantiniana tiene por vocación, actualmente, defender la libertad de conciencia. Esta misión que explica su encaje en el mundo global del siglo XXI se inscribe en sus principios fundacionales y siempre vigentes: la defensa y propagación de la Fe y la Glorificación de la Cruz. Así mismo, se hace eco del espíritu del Edicto de Milán, de 312, por el que el emperador Constantino el Grande -fundador legendario de la Sacra Milicia- garantizaba la plena libertad de culto, levantando las restricciones que pesaban sobre el Cristianismo.
En el plano humanitario esa vocación se ha materializado en el apoyo a colectivos religiosos perseguidos en Oriente, al amparo de la obra desarrollada por la Fundación Pontificia de Ayuda a la Iglesia Necesitada, entre otras instituciones.
En el ámbito occidental, y más particularmente europeo, si bien la libertad de culto está garantizada por los Estados de Derecho, el secularismo ha generado una crisis de vocaciones, y en consecuencia, de medios para dar oportunidad de desarrollarse a esas vocaciones.
Así, la Orden Constantiniana viene colaborando con los seminarios de las diócesis dónde está presente. Un tipo de iniciativa observada por la Orden desde los tiempos del Gran Magisterio del Conde de Caserta. Los seminarios y la formación de los seminaristas originan gastos que a veces no pueden ser afrontados por los alumnos. Por eso se requieren fondos económicos para becas de estudios, adquisición de material, alimentación…
El pasado mes de mayo, S.A.R. Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Calabria, entregó en nombre de la Orden Constantiniana un donativo al Seminario Castrense «Juan Pablo II», que debe servir para apoyar a los seminaristas con becas que les permitan mantenerse durante el proceso en que madura su vocación y transcurre su formación.
La entrega del donativo se realizó en el marco de una sencilla ceremonia en la Sede del Arzobispado Castrense de España, en Madrid. En tal ocasión estuvieron presentes S.E. Rvdma. Mons. Don Juan del Río y Martín, Arzobispo General Castrense, quién es Capellán Gran Cruz de Justicia de la Orden; así como el Director del Seminario. Excepcionalmente se contó también con la asistencia de S.Emma. Rvdma. el Cardenal Müller, Gran Prior de la Orden Constantiniana.