Ha fallecido a los 80 años de edad, en Roma, el pasado 13 de septiembre de 2020 el marqués Sebastiano la Spina della Cimarra, gentilhombre de Su Santidad, caballero de Justicia de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, además de caballero de Gracia y Devoción de la Soberana Orden Militar de Malta. Había nacido en Roma el 1 de octubre de 1939. Tuve la fortuna de conocerlo el abril de 1997 y desde entonces he tenido un enorme respeto y afecto por él, por su bonhomía, y sus enormes conocimientos en protocolo y ceremonial, en lo que era un maestro y su simpatía. Fue Director de Protocolo del Ayuntamiento de Roma durante más de 30 años. Tenía un gran amor por España ya que su linaje procedía de nuestro país. Y de hecho era miembro de la que en su momento se llamó Asociación de Hidalgos a Fuero de España, como su hijo Andrea la Spina della Cimarra Sacconi di Montalto, también caballero de Justicia de la Orden Constantiniana y caballero de honor y devoción de la Orden de Malta.
Sebastiano estaba siempre presente en todas las ceremonias que se desarrollaban en el Campidoglio, donde está el Ayuntamiento de la Ciudad Eterna. Era no sólo una persona afable, discreta, noble de sangre y de ánimo sino un gran señor querido por todos. Ha acompañado y guiado a todos los alcaldes de Roma desde hace tres décadas, tanto en ceremonias nacionales como internacionales. Simpático, siempre sonriente, buena persona. En fin. Se nos ha ido un gran caballero de Justicia de la Orden. Su mujer, ya fallecida, María Leonilde de los Condes Sacconi, Nobles de Montalto, fue dama de Justicia de la Orden Constantiniana además de estar en posesión de la Crux Pro Ecclesia et Pontifice.
Sebastiano la Spina della Cimarra estaba cargado de honores más que merecidos. Era, además de lo dicho, gran oficial de la Orden al Mérito Melitense, gran oficial al Mérito de la República Italiana, comendador de primera clase de la Orden al Mérito de la República de Austria, comendador de la Orden Pontificia de San Gregorio Magno, comendador de la Orden Ecuestre de Santa Ágata de la República de San Marino, comendador de la Real Orden al Mérito de Noruega, comendador de la Orden del Mérito del gran ducado de Luxemburgo, comendador de la Orden al Mérito de la República Portuguesa, comendador de la Orden de Bernardo O’Higgins, de Chile, comendador de la Orden do Cruzeiro do Sul, de Brasil, oficial de la Orden de Isabel la Católica, de España, oficial de la Orden del Fénix, de Grecia, oficial de la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania, oficial de la Orden de la Corona de Bélgica, caballero de la Orden de la Corona de Italia, caballeros de la Orden de los Santos Mauricio y Lázaro, de la Casa de Saboya, caballero de la Orden de Orange Nassau, de los Países Bajos, caballero de la Orden al Mérito de la República de Hungría. Fue, además, miembro efectivo del Collegio Araldico de Roma, y de la Real Asociación de Hidalgos de España.
Por especial deseo suyo, se colocó en su funeral, celebrado en la Basílica romana de San Lorenzo fuori le Mura, y sobre el paño funerario negro con los escudos de su familia, un cojín negro con sus tres insignias más queridas: el collar de Gentilhombre de Su Santidad, la venera de caballero de Gracia y Devoción de la Orden de Malta y la de caballero de Justicia de la Orden Constantiniana de San Jorge. La misa de difuntos fue celebrada por don Giorgio Lenzi, capellán de Mérito de la Orden Constantiniana de San Jorge, que lo atendió en sus últimos días, estando presentes, entre otros, Mons. Paolo de Niccolò, obispo titular de Mariana y regente emérito de la Casa Pontificia, Mons. Franco Camaldo, canónigo de San Pedro del Vaticano, Mons. Karen Kasteel, decano de los clérigos de la Reverendísima Cámara Apostólica, Mons. Natale Loda, capellán en jefe emérito del gran priorato de Roma de la Soberana Orden Militar de Malta. La misa fue celebrada en rito romano extraordinario y Mons. Camaldo leyó un mensaje de Cardenal Secretario de Estado. Estaban presentes muchos caballeros de la Orden Constantiniana y de la Orden de Malta y, entre otros, el príncipe don Próspero Colonna, asistente al Solio Pontificio, y el príncipe Maurizio Gonzaga, el procurador del Gran Priorato de Roma de la Soberana Orden Militar de Malta, embajador Amedeo de Franchis, antiguo embajador de Italia en España y caballero gran cruz de la Orden Constantiniana de San Jorge, el profesor Papanti Pelletier de Berminy, presidente del Tribunal Magistral de Primera Instancia y presidente de la Consulta Jurídica de la Orden de Malta. Además, estaba la escolta de honor de la policía municipal de Roma capital, en honor a los largos servicios del difunto a la ciudad de Roma. Descansa en paz, querido Sebastiano.
Amadeo-Martín Rey Cabieses
Vice-Auditor General