El Duque de Calabria y una veintena de voluntarios de la Orden Constantiniana volvían al terreno el pasado fin de semana. A Catarroja y Horno de Alcedo después de realizar en los días previos tareas de limpieza en La Torre y Massanassa. Una vez organizados, se repartieron las directrices y se brindó apoyo alimentario a los vecinos de Catarroja entregando agua y raciones de comida caliente en colaboración con Damas y Caballeros de la Orden Constantiniana.
Son miles y miles de personas, las que lo han perdido todo, cientos las que están en duelo por los fallecidos, y todavía son muchas las familias que no saben nada de sus seres queridos. Y, desde el primer día, los caballeros y damas de la Orden de la delegación valenciana se están organizado para ayudar trabajando con los medios de los que disponen, pero sin descanso.
Durante la semana muchos de ellos dejan sus tareas y colaboraciones para poder ayudar, y los fines de semana aumenta la presencia, uniéndose a la ola de solidaridad, en la se les suman voluntarios de otras partes de España. Entre ellos, el duque de Calabria, Gran Maestre de esta institución dinástica, que está dedicada a impulsar acciones asistenciales, humanitarias, culturales y patrimoniales acordes con los principios cristianos.
Como en otras circunstancias difíciles, El Gran Maestre, Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias, intentó pasar inadvertido y ser un voluntario más, ya que no desea protagonismo alguno -su máxima siempre es la discreción-, pero su compromiso por las causas justas le pone siempre al frente de estos proyectos en una Orden de personas para personas.
Entre el rastro de devastación, todos los voluntarios de la Orden limpiaron calles, recogieron basura, escucharon historias dramáticas y dieron apoyo alimentario a los vecinos entregando más de 1.000 raciones de comida caliente, gracias a la generosidad del empresario, Antonio Sánchez de León y Cotoner, caballero de la Orden, que en todo momento se ha puesto al servicio de las personas más necesitadas.
La guerra contra el barro continúa. Es un combate colosal en los pueblos afectados. Entre ellos, Catarroja, que con sus casi 30.000 habitantes es uno de los municipios más perjudicados por las riadas del 29 de octubre. Los voluntarios junto al Gran Maestre, todos unidos como uno más, con guantes, mascarilla, ropa manchada completamente de barro, y botas de agua para moverse por las calles anegadas de lodo ayudando en las labores humanitarias.
La Fundación Orden Constantiniana de San Jorge está poniendo todo su esfuerzo en apoyar a las personas que más lo necesitan y pidiendo colaboración en ayuda directa de donativos a través de su web. Es “una orden de personas para personas “que durante la COVID repartió miles de litros de leche y aceite a través de Cruz Roja; y en los últimos años también ha estado presente en países en conflicto. Entre ellos, en la región de Transcarpatia, en plena guerra ruso-ucraniana; y, más recientemente en el Líbano, con Don Pedro siempre a la cabeza. Porque sea “Poca o mucha, la ayuda tiene que llegar al beneficiario final”, y esa es la manera de comprobar que se entrega sobre el terreno paliando necesidades.