El pasado domingo 31 de julio volvieron a Palermo, antigua capital del Reino de las Dos Sicilias, los jóvenes Príncipes Reales Jaime y Charlotte de Borbón Dos Sicilias, duques de Noto, que en septiembre de 2021 celebrarón en la Catedral de Monreale su matrimonio con la presencia de testas coronadas del viejo continente, nobleza, eclesiásticos y autoridades. El regreso a Palermo, caracterizado por la sobriedad que les distigue ha sido breve pero emblemático por los cometidos que con serios propósitos lleva adelante la última generación de los descendientes de los Reyes de las Dos Sicilias, respetuosos de la tradición pero con un estilo actual y dinámico que ya desde hace tiempo es apreciado por los sicilianos y sobre todo por las nuevas generaciones.
Una vez en la capital regional, el primer saludo institucional fue hecho por el Alcalde de Palermo, Prof. Roberto Lagalla, que acogió a los Príncipes en la escalera de honor del Palacio de las Águilas. Su Alteza Real el Duque de Noto le trajo las más sinceras felicitaciones de su padre, el Duque de Calabria, Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias, por su reciente elección como Primer Ciudadano de Palermo y posteriormente conversó con el Alcalde varios temas relacionados con la ciudad y los problemas socioculturales relacionados con el territorio que será el próximo desafío de esta Administración Municipal.
El Príncipe Don Jaime, recordando las diversas actividades benéficas apoyadas por la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, ofreció de inmediato su disposición a continuar en las obras de ayuda en Palermo y a los palermitanos, confluyendo en la atención que el Alcalde Lagalla ha puesto en los distritos y zonas de la ciudad menos acomodadas y necesitadas de la proximidad de la Institución. El Duque de Noto reconfirmó el apoyo de la Familia a iniciativas históricas y culturales que restablezcan el rico patrimonio palermitano el cuidado y la atención necesaria para aportar a la ciudad la debida atención internacional, considerando también su innata vocación turística, como ya sucedió con ocasión de la Boda Real y por la dedicación de las calles del Palacio Chino a los Borbones que quisieron construir el maravilloso Pabellón de Caza (la “Casina di Caccia”) y que hicieron mucho por la urbanización de la ciudad. Por tanto, tras las habituales fotografías de rigor, Sus Altezas Reales los Duques de Noto firmaron el libro de honor del Ayuntamiento de Palermo que ya había firmado su padre el Duque de Calabria en 2017 al recibir la Ciudadanía de Honor de la Ciudad.
Por la tarde Sus Altezas Reales, acompañados del Noble Prof. Salvatore Bordonali de Pirato Delegado para Sicilia Occidental de la Orden Constantiniana, subieron a la colina de Monreale para participar en la consagración episcopal y toma posesión canónica de Mons. Gualtiero Federico Isacchi, nombrado por el Papa Francisco como 58º Arzobispo de Monreale. Al término del Solemne y Sagrado Rito, al que asistieron los Obispos de Sicilia, los Príncipes saludaron brevemente al nuevo Arzobispo de Monreale en el presbiterio. Posteriormente, durante una larga y amable entrevista privada en el Palacio Arzobispal, el Príncipe Don Jaime de Borbón Dos Sicilias confirmó al Arzobispo de Monreale el apoyo de la Familia Real y de la Orden Constantiniana a todo lo que pueda ayudar a la Diócesis y a las obras de caridad en la acción pastoral llevada a cabo por Monseñor Isacchi.
La Orden Constantiniana -asociación pública de fieles de acuerdo con el Derecho Canónico que incluye miembros eclesiásticos y laicos- basa su legendaria fundación en el lema «In hoc Signo Vinces» aparecido en un sueño al emperador Constantino antes de la fatídica batalla de Ponte Milvio en 312 d.C. y prosigue su misión de defensa de la Fe y exaltación de la Cruz, encomendada por los Romanos Pontífices a los Farnesio y luego a los Borbón Dos Sicilias como sus descendientes primogénitos, con actividades benéficas y caritativas en Italia y en varios países en favor de los necesitados, y también dedicada a la propagación de la Religión Cristiana en fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica, incluyendo el apoyo a la formación de seminaristas.
El Príncipe recordó que en la historia del antiguo Reino, Monreale ocupa un lugar de honor en el seno de la Casa Real por haber estado representada en la Cámara de los Pares desde 1812 y por los numerosos lazos familiares con la Monarquía Siciliana como atestigua el celo religioso del rey Francisco I de las Dos Sicilias, que encargó y llevó a cabo los trabajos de restauración de la Catedral después del incendio de 1811. Este lazo histórico de la familia con Monreale se remonta a la época en que el cardenal Alejandro Farnesio el Joven fue arzobispo de Monreale a mediados del siglo XVI.
El Duque de Noto, como Gran Prefecto de la Sagrada Milicia, entregó luego al Arzobispo de Monreale el diploma de concesión – otorgado por Su Alteza el Duque de Calabria y Conde de Caserta, Gran Maestre de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge- del grado de Capellán Gran Cruz y la insignia de esta alta dignidad con un mensaje de Su Aaugusto padre referido al inicio de su liderazgo como pastor del Pueblo de Dios en Monreale.