La Real Delegación de Cataluña, fue, un año más invitada por el Arzobispado de Barcelona a participar en la Misa Mayor celebrada en ocasión de la Festividad de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de la ciudad y de la archidiócesis de Barcelona.
El Sagrado Rito fue presidido por S.Emma. Rvdma. Mons. Don Juan José Omella, arzobispo metropolitano de la archidiócesis de Barcelona, concelebrando el resto de obispos de las diócesis sufragáneas así como otros presbíteros y religiosos de la archidiócesis.
En esta ocasión, y debido a las restricciones derivadas de la situación de pandemia que obligaron a un reducido aforo, la Orden estuvo representada solamente por uno de sus miembros, en este caso el Canciller de la Real Delegación y Delegado en funciones, Ilmo. Sr. D. Daniel Aznar (quién es también Secretario General de la Real Comisión para España).
Durante la homilía el arzobispo ha explicado un «secreto» que lo impresionó de su encuentro con el papa Francisco ahora hace unos días. «El Papa me comentó que el limosnero del vaticano es cardenal. Fue enviado a un país que está pasando momentos muy difíciles y me quedé impresionado de donde se alojó. Se fue al albergue y pasó la noche en una de las literas con todos los transeúntes. Me sentí avergonzado, me dije a mí mismo “¿yo sería capaz de hacer eso?” Qué bonito testimonio, pero ¿y tú? ¿Y yo? ¿Qué hacemos?».
También ha tenido tiempo de solicitar ayuda a la Virgen María de la Merced para poner fin de la pandemia. «Ponemos en tus manos la pandemia que nos angustia y sus efectos dolorosos. Así lo hicieron nuestros antepasados en 1821 durante la pandemia de la fiebre amarilla y experimentaron tu protección».
«Virgen María de la Merced, Princesa de Barcelona y madre de los apóstoles, sé nuestra estrella, luz en las noches oscuras; haznos mensajeros del amor de Cristo a los más pobres y líbranos de todas las adversidades, incluso, de la muerte eterna. Santa María de la Merced, Princesa de Barcelona, reza por nosotros y no permitas que nunca nos separemos de ti, nuestra buena madre» ha finalizado el cardenal Omella.
Este año la Virgen María de la Merced que corona el altar mayor se ha quedado sin la tradicional subida al cambril pero ha podido recibir el aprecio de su pueblo que ha pedido su intercesión para cuidar de la ciudad ante la gran incertidumbre que vive el mundo.