Madrid. 29 de enero de 2021.
Con profunda tristeza hemos conocido el fallecimiento de S.E. Rvdma. Mons. D. Juan del Río y Martín, arzobispo Castrense de España y Capellán Gran Cruz de Justicia de nuestra Sacra Milicia. Mons. del Río se encontraba ingresado en el Hospital «Gómez Ulloa» con un diagnóstico grave por Covid-19.
Don Juan del Río Martín nació en Ayamonte (Huelva), el 14 de octubre de 1947. Estudió Bachillerato en el Instituto Laboral de su ciudad natal, y Filosofía y Teología en el Seminario Metropolitano y Centro de Estudios Teológicos de Sevilla (1973). Graduado Social por la Universidad de Granada (1975), era Bachiller, Licenciado y Doctor en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma (1979-1984).
Ordenado sacerdote el 2 de febrero de 1974 en Pilas (Sevilla), desempeñó diversos cargos como párroco, formador de seminaristas, profesor de secundaria y de Universidad, director espiritual, etc.
Nombrado Obispo de Asidonia-Jerez el 29 de junio de 2000, fue consagrado en la Catedral de Jerez de la Frontera el 23 de septiembre por el entonces Nuncio Apostólico en España Monseñor Manuel Monteiro de Castro, Arzobispo titular de Benevento, Capellán Gran Cruz de Mérito de nuestra Sacra Milicia. El 30 de junio de 2008, recibe el nombramiento de Arzobispo Castrense de España y Administrador Apostólico de Asidonia-Jerez. Toma posesión como Arzobispo Castrense el 27 de septiembre de ese mismo año. El 22 de abril de 2009 es nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la CEE y el 1 de junio de 2009 del Consejo Central de los Ordinarios Militares.
Cáritas Castrense
De entre los frutos de su rico legado, sobresale la creación del primer Cáritas vinculado a una diócesis Castrense en el mundo, que ha sido después un ejemplo a seguir para otros ordinariatos militares. La labor de Cáritas Castrense ha sido abundantemente reconocida. En el tiempo de la pandemia, y a iniciativa de Mons. del Río se creó un fondo especial de ayuda de emergencia para las personas y familias afectadas por la crisis del Covid-19 y sus consecuencias sociales: «El Granero de José».
Monseñor del Río y la Orden Constantiniana
Monseñor del Río ingresó en nuestra Sacra Milicia el 6 de octubre de 2008, poco después de su toma de posesión como Arzobispo Castrense de España, siguiendo la tradición de sus antecesores en el Ordinariato Castrense, Su Eminencia Reverendísima José Manuel Cardenal Estepa Llaurens y Monseñor Francisco Pérez González en 1997 y 2006 respectivamente. La Orden y particularmente esta Real Comisión le deben mucho, por el cariño y respaldo que siempre nos mostró. Presidió los funerales de Corpore Insepulto y la posterior Misa de Estado de S.A.R. El Infante Don Carlos, anterior Duque de Calabria y Gran Maestre, y favoreció generosamente el establecimiento de la Orden en los templos de su diócesis. Ratificando la autorización del Ordinario Castrense, Don Angel Cordero Cordero en 2008, para que la Orden Constantiniana pudiera celebrar sus investiduras en la Catedral de las Fuerzas Armadas de Madrid y más recientemente las Parroquias de la Ciudadela de Barcelona y de San Fernando de Zaragoza, Iglesias Priorales respectivamente de la Real Delegación de Cataluña y de la Delegación en los antiguos Reinos de Aragón, Navarra y en La Rioja.
Las estrechas relaciones entre la Orden Constantiniana y la Archidiócesis Castrense bajo su gobierno se han puesto de manifiesto también en la presencia nuestra Sacra Milicia en Cáritas Castrense. En efecto, diversas delegaciones de la Orden en España colaboran con Cáritas Castrense. Precisamente una de las últimas actividades organizadas fruto de la colaboración entre Cáritas Castrense Barcelona y la Delegación de la Orden en Cataluña -un concierto benéfico a favor del «Granero de José» previsto para el próximo 7 de junio en Barcelona- suscitó un vivo interés Monseñor del Río, que manifestó su intención de asistir en la medida en que la situación lo permitiese.
Junto con las oraciones de todos los miembros de la Orden en España, el Presidente y el Consejo de esta Real Comisión trasladan con profundo sentimiento a toda la Familia Castrense sus condolencias más sinceras.
Palabras de S.A.R Don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Calabria, Gran Maestre
Tras ser informado del fallecimiento de Mons. Del Río, S.A.R. El Duque de Calabria, Nuestro Augusto Gran Maestre, ha manifestado sentir un gran vacío: «que solo calma nuestra Fe y confianza en Dios Nuestro Señor». Desde 2008 han sido muchas los momentos compartidos entre el Gran Maestre y Don Juan del Río: «Para todos nosotros, los que le queríamos y admirábamos, es golpe durísimo. Su vida, dedicada siempre, por encima de todo, a los demás, fue un ejemplo de rectitud y buen hacer». Don Pedro concluía con emoción, pidiendo a todos los miembros de la Orden acompañar con la oración a Mons. del Río y a su familia: «Hoy mi querido Arzobispo descansa en paz. Rezamos por él y por sus familiares y allegados, uniéndonos a sus oraciones por el eterno descanso de su alma, y le encomendamos especialmente a San Jorge y a Nuestra Sra. Del Rosario de Pompeya, en la seguridad de que ya goza de la presencia de Dios. Descanse en paz».
El arzobispado Castrense de España y la Casa Real
Fernando El Católico en 1513 había solicitado a León X, a través de su embajador en Roma Jerónimo de Vich, el título de Patriarca de las Indias para su capellán personal, Juan Rodríguez de Fonseca, Obispo de Rossano (Nápoles) y con él el gobierno espiritual de las Indias. La respuesta de Roma fue negativa. No obstante, Carlos V, haciendo uso de las prerrogativas del patronato regio, otorgadas por su antiguo consejero, Adriano de Utrecht, elevado al solio pontificio con el nombre de Adriano VI, lo solicitó de nuevo. Sea como fuere, parece que dicho Patriarcado fue otorgado por primera vez por Clemente VII a Antonio de Rojas, Arzobispo de Granada, Presidente del Consejo de Castilla y capellán de Carlos V en 1524.
En 1610, Felipe III consigue de la Sede Apostólica que el título honorífico de Patriarca de las Indias Occidentales recaiga en el Pro Capellán Mayor de Palacio, que ejercía la jurisdicción palatina, dependiendo de él la real familia con sus servidores, los miembros de la Real Capilla independientemente del lugar donde estuvieran y los que vivieran o trabajaran en los Palacios Reales, en los Reales Sitios (Buen Retiro, El Pardo, El Escorial, La Granja, Aranjuez, La Florida-Moncloa) y en los Patronatos de la Corona, ostentando también el cargo de Limosnero Mayor, dignidad heredada, como otras tradiciones de la Real Capilla de Borgoña.
Posteriormente, a partir de 1644, al Patriarca se le otorgó también la jurisdicción castrense. Carlos III realizó una profunda reorganización del Ejército y la Marina, solicitando de la Sede Apostólica un Breve uniendo el Vicariato Castrense al Patriarcado de las Indias Occidentales, cosa que el Santo Padre, Clemente XIII acogió benignamente en un Breve de 10 de marzo de 1762. A partir de esa fecha y hasta 1933 los Vicarios Generales Castrenses, Pro Capellanes Mayores de Palacio ostentaron el título de Patriarcas.
La relación del Vicario General Castrense, hoy Arzobispo Castrense de España con el titular de la Corona es, efectivamente estrecho. Tanto es así, que la provisión del Arzobispo se realiza de conformidad con el artículo I, 3 del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español de 28 de julio de 1976, mediante la propuesta de una terna de nombres formada de común acuerdo entre la Nunciatura Apostólica y el Ministerio de Asuntos Exteriores y sometida a la aprobación de la Santa Sede, presentando el Rey en un plazo de quince días, a uno de ellos para su nombramiento por el Romano Pontífice. Merced a este Acuerdo, la persona del Rey conserva la regalía del nombramiento del Arzobispo Castrense de España, privilegio que se justifica por el hecho que el Arzobispo es Capellán Real.