El viernes 17 de marzo el príncipe Jaime de Borbón Dos Sicilias Duque de Noto regresó a Sicilia y precisamente a Noto, antigua «Ciudad Libre» y Diócesis de fundación Real indisolublemente ligada a la historia de Sicilia y la Casa Real de las Dos Sicilias.
La visita a Noto del heredero de la Casa de Borbón se produce con motivo de la consagración episcopal del nuevo obispo designado por el Papa Francisco en diciembre del año pasado.
El príncipe Jaime vuelve tras los pasos de su Augusto Padre, el Duque de Calabria, que en 2014 recibió la Ciudadanía de Honor de la Ciudad de Noto.
El regreso a Palermo, como siempre marcado por la sobriedad que distingue a esta familia, es emblemático de los compromisos que la última generación de descendientes del Rey de las Dos Sicilias lleva a cabo con serios propósitos y respeto a la tradición pero con un estilo actual y dinámico, enfoque apreciado desde hace tiempo por los sicilianos y, sobre todo, por las nuevas generaciones.
Una vez en Noto, se rindió el primer homenaje del príncipe Jaime al Obispo electo Mons. Salvatore Rumeo quien recibió al Ppíncipe en el Palacio Episcopal.
Durante la ceremonia en la capilla privada del obispo, el Prof. Salvatore Bordonali di Pirato, delegado de la Orden Constantiniana, procedió a leer el diploma de concesión -otorgado por Su Alteza Real el Duque de Calabria y Conde de Caserta, Gran Maestre de la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge- con el que Mons. Salvatore Rumeo es nombrado Capellán Gran Cruz de Jure Sanguinis.
El Príncipe Jaime, como Gran Prefecto de la Orden Constantiniana, entregó a continuación al prelado el pergamino con el sello real y las insignias propias de esta alta dignidad, adjuntando un mensaje del Gran Maestre para el inicio de su guía pastoral del Pueblo de Dios en Noto.
Posteriormente, durante una larga y amable conversación privada en el Palacio Episcopal, el príncipe Don Jaime de Borbón Dos Sicilias confirmó al Obispo de Noto el apoyo de la Familia Real y de la Orden Constantiniana, en la medida en que puedan, a la Diócesis y a las obras caritativas y a las labores de acción pastoral llevadas a cabo por Monseñor Rumeo.
La Orden Constantiniana -una asociación pública de fieles de acuerdo con el Derecho Canónico que incluye miembros eclesiásticos y laicos- posse desde su fundación legendaria el lema «In hoc signo vinces» que le llegó al emperador Constantino en un sueño antes de la fatídica batalla del Puente Milvio en el 312 d.C., y prosigue su misión de defensa de la Fe y exaltación de la Cruz, encomendada por los Romanos Pontífices a los Farnesio y luego a los Borbón-Dos Sicilias como sus descendientes primogénitos, con actividades caritativas en Italia y en varios países a favor de los necesitados y también con la propagación de la Religión Cristiana en fidelidad al Magisterio de la Iglesia Católica, también con el apoyo a la formación de los seminaristas.
El Príncipe recordó que en la historia del antiguo Reino, Noto ocupa un lugar de honor en el seno de la Casa Real al haber sido erigida en el plan de ampliación y revisión de las diócesis sicilianas para favorecer la atención pastoral de las poblaciones, decidido por el Parlamento de Sicilia y presentado al Rey Fernando II en 1778. El nacimiento de la Diócesis de Noto fue deseado por su Augusto Predecesor quien, estando a favor del proyecto, encargó a la Diputación del Reino que iniciara el proceso de fundación. Aunque la primera solicitud para la erección de la diócesis de Noto fue presentada a la Diputación del Reino en 1783, debido a la interrupción de la actividad legislativa a causa de la Revolución, recién en 1802 el Parlamento siciliano presentó una nueva solicitud para la reorganización de la las diócesis sicilianas, nuevamente acogidas por el rey Fernando II que interpuso la petición a la Santa Sede y fue sólo con el nuevo siglo que Noto vio materializarse el antiguo deseo.
El presente se mezcla con la antigua historia ya que el príncipe Jaime, por voluntad de su Progenitor, recibió como heredero el Ducado de Noto en 2015, a la muerte de su abuelo Don Carlos, Infante de España.
Al final, el príncipe Jaime entregó a Monseñor Rumeo un precioso escudo del Obispo de Noto pintado a mano con la Gran Cruz Constantiniana pendiente, en señal del alto honor que se le otorga.
El Obispo agradeció calurosamente al príncipe, pidiéndole que extendiera su agradecimiento también a su padre y le entregó el volumen de meditaciones escrito por él, titulado «El Evangelio de la Misericordia».
Por la tarde, el Príncipe Jaime se desplazó hasta el Palacio Ducezio para llevar el saludo institucional de la Casa Real al Alcalde de Noto Corrado Figura y al Ayuntamiento, convocado extraordinariamente para recibir al huésped real.
Durante la cordial conversación, el príncipe recordó cómo Noto, como «Ciudad Libre del Reino», quedó vinculada a la Corona a través de la sucesión hereditaria de la Dinastía de las Dos Sicilias por el título ducal del hijo mayor, que él lleva y que ya fue ostentado por su padre hasta el fallecimiento de su difunto abuelo Don Carlos, Infante de España.
Desde la época normanda a la aragonesa y hasta la subida al trono de su antepasado rey Carlos III, III de Sicilia y VII de Nápoles, que contribuyó al desarrollo económico y social de Noto y a dar un nuevo impulso a la reconstrucción tras el terremoto de 1693, el rey Carlos dejó admirables testimonios arquitectónicos en los monumentos civiles y religiosos continuados por sus sucesores que reinaron en las Dos Sicilias. El papel administrativo largamente disputado de Noto se consolidó en el siglo XIX con la nueva reforma administrativa y en 1837 volvió a ser capital de provincia y, tras una larga mediación iniciada por los reyes Fernando I y Francisco I, en 1844, gracias a la intervención definitiva de Fernando II ante el Papa Gregorio XVI se convirtió también en diócesis.
A continuación, el príncipe Jaime departió con el Alcalde de Noto sobre diversos temas relacionados con la ciudad y sobre los problemas sociales relacionados con el territorio, que se complació en señalar como centro de la política de esta administración municipal.
Recordando las diversas actividades benéficas y caritativas apoyadas por la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, el príncipe Don Jaime ofreció de inmediato su voluntad de continuar las obras de ayuda en Noto y los ciudadanos de ese lugar, coincidiendo con la atención que el alcalde Figura ha puesto en los barrios y zonas de la ciudad menos acomodadas y necesitadas de proximidad a la institución, especialmente a las generaciones más jóvenes.
El alcalde de Noto ha remarcado que la presencia de los Borbones en la ciudad es constante y que la cercanía de la dinastía que más que ninguna otra ha dado independencia, prestigio y prosperidad, se reafirma en el apoyo a los retos de hoy que la administración pretende apoyar gracias a la sinergia de intenciones.
Así, tras un intercambio de obsequios entre el príncipe y el alcalde, Su Alteza Real firmó el libro de honor del Municipio de Noto que ya en 2014 había firmado su padre el Duque de Calabria, al recibir la Ciudadanía de Honor de la ciudad.
Esta noche el heredero primogénito de la dinastía farnesiana estará en Siracusa: el príncipe Jaime acudirá al Palacio Beneventano del Bosco, ya honrado en 1806 por la visita de su antepasado el rey Fernando III de Borbón, donde presidirá una recepción ofrecida en su honor por Su Excelencia Don Pietro Beneventano del Bosco, barón de Monteclimiti, Caballero de Justicia.