Europa y España se encuentran sumidas en una crisis de alcance global como consecuencia de la mayor pandemia conocida desde hace más de un siglo, el Covid-19. Las consecuencias sociales de la parálisis económica derivada de la pandemia ya se han puesto de manifiesto de manera dramática. Ante esta situación cada gesto cuenta. La Orden Constantiniana, más allá de sus actuaciones corporativas, basa su acción en el compromiso personal de cada uno de sus miembros con los valores del Evangelio. Así, los caballeros y damas de nuestra Sacra Milicia están llamados a vivir inspirados por la Caridad exigente de la Caballería Cristiana. Muchas son las actuaciones a menudo silenciosas que los miembros de la Orden desarrollan, haciendo honor a la discreción de la verdadera Caridad. Sin embargo, en esta coyuntura de desasosiego, hemos solicitado a algunos caballeros y damas constantinianos que compartiesen su testimonio para que pueda servirnos de inspiración, y también para infundir Esperanza en un tiempo de crisis. Agradecemos a esos hermanos de hábito que hayan accedido a salir del anonimato, generosamente, para dar con su testimonio todo el sentido al lema de nuestra Sacra Milicia: “IN HOC SIGNO VINCES”.
Alberto García Mir es caballero de Mérito de la Orden Constantiniana y Consejero de la Delegación en los Antiguos Reinos de Aragón, Navarra y en la Rioja. Este es su testimonio.
Con la llegada del pasado mes de marzo de la crisis sanitaria originada por el Covid-19 y tras decretar el Gobierno de España el Estado de Alarma, todos los establecimientos de hostelería y turismo a nivel nacional quedaron cerrados. Esta situación supuso también una oleada de cancelaciones masivas que conllevaron al cierre temporal e indefinido de todo el sector.
Desde el Hotel París Centro y Apartamentos Augusta, como Director Comercial, contacté con la Dirección General de Turismo del Gobierno de Aragón para poner nuestros inmuebles (hoteles en Zaragoza y Jaca y pisos turísticos en Zaragoza) a disposición de las necesidades de la Administración Pública ante la dramática situación sanitaria.
La respuesta positiva a ese ofrecimiento quedó sancionada por la publicación en el Boletín Oficial del Estado del 25 de marzo de 2020 que declaraba al Hotel París Centro y los Apartamentos Augusta, ambos en Zaragoza, «Alojamientos turísticos de servicio esencial».
A partir de ahí gestionamos la adaptación de ambos espacios según las consignas sanitarias recibidas. Instalamos medidas de seguridad y protección en la recepción, en el lobby y el comedor. Se habilitó un protocolo de actuación por el servicio de habitaciones y limpieza de habitaciones. El uso que se determinó para dichos espacios fue el de albergar a más de medio centenar de profesionales sanitarios procedentes del Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza. Enfermeros y médicos que desde los hospitales y residencias en los que desempeñaban su trabajo, constituían la vanguardia de la lucha contra la pandemia, y que, necesitaban vivir aislados de sus familias para evitar posibles contagios. Además de las habitaciones puestas a su disposición, garantizamos el servicio de desayunos, almuerzos y cenas.
Nuestro Hotel y los Apartamentos Turísticos sirvieron también para hospedar a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a transportistas, o a profesionales de la construcción movilizados para garantizar todo lo necesario durante la fase más crítica del estado de alarma en Zaragoza y su provincia.
La situación desconcertante de inseguridad y desorientación plenas en el momento de los primeros días del Estado de Alarma supuso un reto personal de compromiso y de servicio con la causa y la sociedad con un inevitable factor de riesgo sanitario ante la gran cantidad de fallecidos diarios por la pandemia. Con el paso de las semanas, la gratificante experiencia me aporta una reflexión personal: que el compromiso ético derivado de formar parte de la Orden Constantiniana, como milicia cristiana, nos interpela a cada uno de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, a una sensible escucha hacia las personas en situación de dificultad, para conjuntamente -como ciudadanos, como cristianos y como caballeros- contribuir a una sociedad más justa y más acorde a las enseñanzas del Evangelio.